lunes, 14 de noviembre de 2022

 


Desvelada de Amor


Son las 3:30 de la mañana y he salido a buscarte mi amiga luna y no te he encontrado, 

dónde andarás con tu blancura plateada que no te he encontrado, 

dónde andarás, que salí a pedirte  qué vigilará a mi amado que me ha hecho desvelar, 

pues cuál poema de los cantares se encuentra mi alma.

Busco la sonrisa de mi amado y solo encuentro amargos desencuentros,

el corazón angustiado con frío hiriente me desvela de madrugada, 

sintiendo los pasos entristecidos de mí, amado alejarse de mí, 

seca con tu ternura luna sus lágrimas de melancolía por todos los amores

que no sabe si volverá a ver, 

mientras que a mí el destino incierto  me grita, que cerrara mis ojos sin volverlo a ver.

Llénalo de valor para que como caballero andante su mirada no vuelva atrás,

y siga su camino firme conquistando batallas y torrenciales tesoros,

llena mi alma con su sonrisa y el acento ronco de su voz, que su recuerdo

con mi vejez o mi muerte no se apague, para que cuando yo renazca

como la aurora vuelva encontrarlo en el puerto de los amores.

Permítele que sea feliz y abrígalo mi amiga luna con la intensa luz,

del lucero que a los reyes, magos y pastores anúncio la llegada del redentor

el nacimiento del salvador.



Dedicado a Davi Jonatan Souza Ramos, la persona que me hizo conocer
 el amor donde se ama con alma más allá de lo tangible


lunes, 25 de julio de 2022


 La Luz de David


La luz de David quizás pensaras que te hablaré  de la estrella de David que emite una luz tan radiante que se convierte en la guía de muchos viajeros en cierta época del año, pero no te hablaré de la estrella de David, porque simplemente en cada uno de nosotros existe un pequeño destello de esa estrella. 

Mi corta historia es de un joven llamado David que nada tiene que ver su apariencia de ermitaño con la luz que emana de su interior, un joven que le venció la oscuridad con amor y es que al fin y al cabo el amor es luz de Dios para el mundo.

Mi gran David es un joven alto, blanco, barbudo pareciera recién salido de un cuento de montaña y es que el es así noble como la naturaleza. Pero ya que conocemos por fuera a David vamos a conocer el alma de David, y para ello e de contarles la historia David nació en un país de está América selvática, en una época algo poco adapta a su luz por lo tanto debió pasar muchos amargos golpes en su infancia, porque que estúpida es la sociedad que quiere que todos tengamos un mismo patrón y seamos sombis sin alma, sin color, sin alegría. Cómo diría mi abuela unos simplones que caminan por caminar.

David era un niño diferente aunque sigue siendo un niño en cuerpo de gigante, solo quería jugar, cantar, ensuciarse y es que nada de malo hay en eso pero no a todos los niños les toca los cuento de tío tigre y tío conejo, a otros los adultos les borrarán en brillo de su mirada y le apagan la sonrisa.

Hubiera yo querido secarle sus lágrimas y detener la mano hiriente más no fui ni siquiera viento para acariciarlo cuando asustado lloraba, Y así creció mi niño David caminando por las calles que aunque eran repletas de luces paracian oscuras por las sombras del pasado que le seguían queriendo entristecer lo y amarrarlo.

Y así llegó a ser el hombre solo que el a diferencia de muchos no daba lo que había recibo por el contrario daba lo que no había recibido, ni había aprendido es de allí la lección David simplemente venció lo más difícil que tenemos a vencer nuestros miedos nuestras sombras, y no fue que conoció a una princesa que lo enamoro y como a la bestia lo transformó, tampoco un ángel bajo del cielo y lo abrazo, simplemente en su caminar se fue encontrando con niños sonrientes y niños tristes y se enamoró de las sonrisas pura de los niños.

Cada mañana su alma trataba de sonreír dentro del, su alma fue más fuerte que la corteza de un roble y lo hizo un día sonreír que diferente lucía el hombre de barba cuando sonreía parecia que uno se encontraba de frente con un faro ergido, fuerte y lleno de luz. Una noche de invierno donde no se lograba ver nada, no habia un lucero y la lluvia era tan fuerte que hasta las laderas de las montañas se estremecían.

Esa noche el río salió de su cause y en su recorrido se llevaba casas, personas eran arrastradas por sus aguas, era una pesadilla para muchos, los gritos eran tan fuertes que llegaron a las montañas donde vivía no el rey pero si el que pasaría hacer el héroe del poblado.

David al escuchar los gritos se levantó y sin miedo alguno decidió bajar la montaña e de aclarar que era muy diestro pues bajaba y subía la montaña todos los días en busca de alimento, pronto llegó cerca del pueblo y su alma se impacto con la escena que estaba viviendo, pudo quedarse allí petrificado más rápido reaccionó y se lanzó al agua y le arrebato a la corriente a un niño, lo abrazo tan fuerte como una tepradora a un árbol y con su otro brazo trataba de nadar hacia un lugar que hubiera un espacio seguro para dejar al niño.

Y se volvió a lanzar sin miedo y logró sacar a una niña, y de nuevo pero está vez un escombro apretó su pierna izquierda y no alcanzaba a moverse luego siento un olor diferente y comprendió que estaba sangrando y el miedo se apoderó de él después de todo cada uno de nosotros tenemos miedo en algún momento de nuestras vidas.

Lleno de miedo estuvo como por diez minutos y reaccionó no podía quedarse allí se dijo pues moriré y lucho con todas sus fuerzas y logro sacar su pierna, más había perdido mucha sangre pues era una herida muy grande y aunque intentó nadar la corriente fue más fuerte y lo arrastró.

Más cuando la corriente lo llevaba golpeando su cuerpo contra todo algunos pobladores lanzaron una red y lo atraparon, David fue llevado al hospital y paso muchas noches allí, luchando por vivir y era increíble como siempre estuvo acompañado pues muchos padres que se decían el se lanzó a salvar esos niños, reflexionaban si alguno hubiera sido mi hijo estaría vivo por el.

Después de quince días despertó y las enfermeras le contaron que mucha gente estaba pendiente de el, que nunca estuvo solo y que los niños que el había rescatado decían que ellos solo vieron un brillo que se acercó a ellos y lo salvo y hasta una de las enfermeras le dijo me imagino que es el brillo de su mirada pues aún en los cielos no existe un lucero que se compare a los dos que usted tiene por ojos.

Y así pasaron los días llenos de visitas, de cariños y de piropos y llegó el día de ser dado de alta y afuera del hospital había mucha gente esperándolo al verlo entre lágrimas y aplausos los recibieron, más todo no finalizo allí le pidieron que el los acompañará a la escuela allí lo esperaban los niños que el había sacado de las aguas, lo tomaron de la mano y lo condujeron a un plaquita que habian colocado en la entrada de la escuela.

La placa decía seguimos aquí estudiando y jugando porque una luz nos salvó, por la luz de David nos abrazo con amor y a la muerte le gano.

Desde ese día David baja todos los días al pueblo y los niños corren abrazarlo, le regalan flores silvestres y hasta le cantan, David le enseño al pueblo que no somos lo que recibimos, somo lo que damos y David es una luz de amor que estaba allí para cobijarnos con ternura.



Dedicado a Davi Ramos, el lucero que Dios puso para guiarme mi caminata en Brasil 

martes, 10 de agosto de 2021

Luz de Faro

Luz de Faro

Que la luz de los faros marinos acompañen siempre nuestros vuelos, que cuándo nuestras alas cansada no soporten el vuelo exista una barca para descansar en su vela mientras el faro desde la playa sigue brillando para mostrarnos el amor de los dioses encarnado en el hombre

martes, 3 de agosto de 2021

El Almendro de Zaqueo

 El Almendro de Zaqueo

La historia debería de comenzar por el gran árbol de Almendro pues era más viejo que Zaqueo, más decidí comenzar por Zaqueo pues sin él,  el Almendro no sería más que un árbol más de Almendro. Zaqueo es un hombre que engalano el nombre que su padre le coloco al alzarlo en sus brazos, con el rostro lleno de orgullo porque le había nacido un hijo varón, que sería recio, altivo más lo que no obsevo el padre de Zaqueo fue el esplendor suave qué se posó sobre el niño, una luz que en ese momento lo bautizo, y así con el sol como padrino y las nubes de madrina, el corazón de ese hermoso bebé  se llenó de todo el amor de los cielos, el niño había llegado para ser justo y puro como lo que significa su nombre.

Zaqueo fue educado para ser un hombre fuerte, de gran carácter más siempre los hombres estamos equivocandonos, creyendo que somos los artífices de las vidas de nuestros hijos , cuando en realidad lo único que somos es instrumentos de Dios para cuidar de su creación.

Más la vida que se presenta a veces irónica ante la terquedad de los hombres hizo que aquella inocente criatura creciera queriendo cumplir los sueños de un padre que anhela un hijo varón para hacer de el un hombre arrogante que fuese capaz de arrollar al mundo, un hombre que cuyo horizonte fuese la conquista de las cimas sin tomar encueta los senntimientos de las demás personas.

Y le tocó aquel indefenso niño crecer encerrado sus pensamientos, escondiendo sus sueños y sentimientos, los encarceló en la más profundo de su ser por miedo a desfraudar a sus padres y a una sociedad tan agitada que no se detiene por un instante a observar los rostros humanos. Llegó Zaqueo a la adultez siendo un hombre alto, fuerte, robusto como diríamos  muchos de nuestros países de América.

Y seguía la vida siendo irónica en el diseño de sus contextos humanos porque nadie pensaría que dentro de ese fortachón se encontrase el mismo corazón que fue bautizado por el sol para ser justo, puro dos palabras que unidas solo pueden existir resguardadas de ternura. La vida de Zaqueo ante la estupidez que cabalga en la sociedad era estupenda más dentro de el existía un vacío que jamás había podido ser llenado y la indolencia del entorno no le ayudaba a encontrar eso que faltaba a su corazón, a su alma, a todo su ser.

Muchas fueron las noches que cuando la ciudad quedaba en silencio Zaqueo no le encontraba sentido a la vida, luego ya ni siquiera el ruido de la gran ciudad con su locura de tráfico y de gente lograba apagar la angustia que recorría su cuerpo como torrentes sanguíneo. Y un día  era tanto todo aquello que sin importarle dejar el trabajo tirado salió de su oficina, necesitaba escapar antes de enloquecer, camino y camino por las calles de la ciudad a pleno mediodía sin rumbo, hasta que en un momento su cuerpo cansado no dió para más y se sentó bajo la gran sombra de un árbol.

El cansancio era tanto que Zaqueo no se detuvo a pensar en el pantalón elegante y costoso que usaba, así sin más allí estaba sentado en la grama debajo aquella inmensa sombra, se recostó del tronco y sin más se quedó dormido por unas cuantas horas, al despertar ni el mismo Zaqueo lograba entender está sencilla escena, que pensaría su padre ya anciano si lo viera allí.

Hasta logro sonreír viéndose en ese lugar tan simple, se levantó y decido ir a casa ya mañana volvería a la oficina y diría que un fuerte dolor de cabeza lo había hecho salir así es ir a casa, ya en casa, llegada la noche y bajo las sábanas recordó que se había dormido en una plaza, debajo de un árbol como un persona que cárcel de techo, más no se sentía avergonzado al contrario sentía una dulce felicida y así pensando, recordando y sonriendo se quedó dormido hasta que el suave canto de las aves y un frágil rayo de sol acariciaba su rostro.

Se levantó de prisa y no porque fuera tarde si no porque habían pasado tantos años desde que no dormía una noche entera que no lo podía creer, sintió unas ganas enorme de volver aquella plaza quería saber si era la fragancia de aquel tronco que le había hecho dormir pues no se había percatado de que era el árbol, más debía ir a trabajar.

Paso todo el día pensando en el árbol, hasta pensó que sería bueno traer cortezas de esa planta a su hogar y fue así como al salir la jornada de trabajo, tomo su automóvil y se dirijo aquel lugar, se bajó y fue hasta el árbol más como era de noche no lograba ver sus hojas y así distinguir de que era. Más lo que si no pudo controlar fue su deseo inmenso de volverse a sentar bajo de el y recostar su cabeza en su tronco y así lo hizo, más esta vez por corto tiempo pues ya era muy tarde.

Así pasó toda la semana, cada día al salir de la oficina Zaqueo conducía hasta la plaza para encontrarse con aquel inmenso árbol, hasta pensaba ahora sí debo estar loco porque en vez de salir a encontrarme con la pasión de cualquier dama salgo es a encontrarme con una gran planta y está vez hasta una carcajada soltó.

Y Llegó el fin de semana iría temprano a la plaza para con la luz del día observar el árbol y ver de que era y porque le producía una sensación de paz que le permitía descansar, dormir toda la noche y andar un poco menos estresado. Cuando llegó al lugar se dio cuenta de que era un árbol de Almendro y pensó que nunca había leído u oído que la planta de almendra fuera relajante.

Que más ya estaba allí y aunque no era una planta sedativa a el le resultaba y como si fuera de noche empezó a platicar con el árbol después de todo el necesitaba ser escuchado sin ser juzgado, sin reproches y total no había más nadie en ese lugar solo el y el  inmenso árbol de Almendro.

De repente Zaqueo escucha una voz que le dice, quiere un café mire que toda buena charla debe ir acompañada de un buen café, el anciano extendió la mano y le dió el café en una vieja taza, quizás tan vieja como el dueño y a la vez le dijo no se preocupe muchachon que yo muchas veces platiqué con este Almendro.

El anciano dio la vuelta para retirase y cuando Zaqueo le dijo señor espere, la taza el dijo tranquilo se que volverás, se que te veré seguido por aquí, ah! No le ofrezco a tu amigo pues los Almendros no les gusta el café, sonrió y se alejó. Zaqueo continúo otro buen rato y disfrutó de su café en compañía del Almendro.

Así cada domingo por largo tiempo Zaqueo regresaba muy de mañana a charlar con el almendro, más no había vuelto a encontrar al anciano para devolverle la taza. Hasta que llegó el verano y ese primer domingo de verano Zaqueo volvió a encontrar al anciano.

Le dijo e traido muchas veces su taza para devolvérsela más no habíamos coincidido, el anciano le dijo no muchachon no vengo muy seguido pues las piernas están cansadas y prefiere quedarse en casa, después de todo soy más viejo que árbol, Zaqueo solo sonrió y le entregó la taza y también aprovecho para preguntarle más o menos cuando el Almendro estaría dando frutos.

El anciano le dijo este Almendro es muy viejo y jamás lo e visto florecer para dar frutos supongo que es de tanta tristeza y angustias pues muchas personas vienen aquí a contarle sus penas. Así el anciano tomo la taza y se marchó del lugar y volvieron a quedar solo Zaqueo y el Almendro.

Llegó el medio día y Zaqueo se marchó y así pasó la semana ya era domingo de nuevo y volvería como cada domingo a charlar con quién se había convertido en un buen amigo que lo oía silenciosamente y le cobijaba con su inmensa sombra. Más también sintió que el debería hacer algo por aquel viejo árbol y está vez no fue tan temprano a su encuentro pues primero debió esperar que las tiendas aperturan sus puertas.

Compro abono, vitaminas y hasta una pala y se dirigió a la plaza bajo todo del auto y comenzó acabar cerca del árbol por todo su alrededor y cuándo más extenuado se encontraba alzó la mirada y allí estaba de nuevo el anciano con la mano extendida más está vez era una refrescante limonada, Zaqueo con una sonrisa le dijo gracias, de nada muchachon e traido también este banco para que descanses;

Haz trabajado toda la mañana en esto que intentas hacer que haz cabado tanto pretendes llevarte el árbol a tu casa, acaso no te haz dado cuenta que es un árbol grande, fuerte y pesado así como tú pero aún más. Zaqueo le dijo no pretendo robarme el árbol acaso cree que soy loco y el anciano sonriendo le dice bueno para hablar con un árbol existen dos cosas o estás  enamorado que es como estar loco o se siente un vacío, una angustia tan grande que le hace cree a uno  que está loco.

Más solo creemos y digo creemos porque yo también muchas veces vine aquí a charlar con el Almendro, más no me haz dicho que pretendes y él le responde quiero colocar vitaminas en sus raíces y abono quisiera que floreciera. Oye muchacho jamás lo e visto dar frutos más que noble de tu parte devoverle el tiempo que el a dedicado a escucharte, eres un buen hombre, un hombre justo. Más te haz percatado que es verano no hay lluvia tendrás que regresar a diario a regarlo, guao eso no había pasado por su mente.

El anciano se levantó tomo el vaso de Zaqueo, el banquito y se marchó y él continúo su labor colocó en pié del árbol las vitaminas y luego las cubrió con el abonó y se marchó.

Al día siguiente aún en la oficina recordó lo que el anciano le había dicho que tenía que regarle el árbol para que esté no se secara, así pues al salir de la oficina, paso antes por el área de limpieza de la oficina y tomó un balde y se dirigió a regar el árbol, pues si no el Almendro se secaria ya que había cabado sobre sus raíces.

Durante un mes cada noche Zaqueo regó el árbol y aunque el domingo iba de día también regresaba en la noche a regarlo. Y así llegó otro mes, más en esa primera noche de ese mes en el cual había luna de rosa, Zaqueo encontró el anciano que al verlo regando el Almendro lo abrazó y le dijo vaya que eres una alma pura e visto como cada noche haz regresado aquí a cuidar de un viejo árbol.

Zaqueo le dijo es más que un árbol, es un amigo que en silenció me a escuchado y sin responderme nada me a hecho perder mis miedos, mis angustias y me siento menos estresado. Y se podría saber que tanto angustia a un fortachón como tú, está vez los dos hombres a pesar de lo tarde se sentaron en suelo bajo el Almendro y Zaqueo abrió su corazón y contó lo que tenía a su corazón oprimido y corrieron lágrimas de sus ojos más también una sonrisa.

El anciano lo abrazó y le pidió disculpa, le dijo se que no soy tu padre muchachon más te pido perdón por los padres que nos consideramos pintores y queremos plasmar en ellos nuestros anhelos no realizados, olvidando que ellos, nuestros hijos no son lienzo, son carne que padece y almas que sufren. Está vez fue Zaqueo quien lo abrazó muy fuerte, luego ambos se levantaron y el anciano le dijo oye este árbol es muy muy viejo para dar frutos más está noche e descubierto que si lo florecerá porque un alma pura cuida de el.

Así con suaves sonrisa se fueron alejando el uno del otro, y cada noche Zaqueo regresaba y ya casi finalizaba el mes era domingo y el fue muy temprano a la plaza, pues el calor de verano lo obligaba a levantarse muy de mañana, se sentó debajo del Almendro  está vez no había nada triste que contar.

Cuando decidió levantarse para irse una flor blanca con rosado cayó sobre su mano y alzó la mirada el árbol estaba floreciendo, sintió una emoción tan grande, ese día de marchó muy emocionado a casa. Al domingo siguente cuando regresó se percato de que había muchísima gente en la plaza y se pregunto que pasaría.

Se bajó rápidamente de su vehículo y al estar más cerca se dio cuenta que la gente estaba observando el Almendro florecido, y escucha una voz que grito el fue, el fue gracias a él nuestro Almendro floreció. La gente empezó a aplaudir y el anciano lo llevó hasta el árbol, y le dijo oye muchachon como te llamas el le dijo Zaqueo pues vaya Zaqueo que desde ahora en adelante este Almendro será conocido como el Almendro de Zaqueo.

Pues tú con amor haz logrado que este Almendro que jamás había florecido lo logrará, se que jamás había florecido porque lo e plantado yo. Más tu le haces honor a tu nombre que significa puro, justo y solamente una alma pura y justa logra dar amor sin importar a quien o a que, eres un alma de luz que es capaz de superar cualquier color o tragedia y dar amor.

Ese día Zaqueo recibió muchos abrazos y así se cumplió el diseño de Dios, pues el cielo lo había bautizado para ser luz justa y pura. Ya han pasado varios años y cada año el Almendro de Zaqueo cómo es conocido vuelve a florecer y dar frutos.

El árbol viejo había logrado florecer y dar frutos no por las vitaminas o el agua si no por la luz del amor del noble y dulce Zaqueo.

Y por su parte Zaqueo jamás volvió a ser aquel hombre angustiado, estresado y aveces triste pues había logrado descubrir su verdadero ser sencillo, dulce,amable y justo, virtudes que la sociedad le había hecho tener encerradas en la cárcel de los estereotipos.

jueves, 15 de febrero de 2018

Sol Larense

Eres el sol larense que en la oscura playa dormida ilumina la mar y es refugio del navegante .
Eres el sol de las colinas de Escocia que la nieve observa y agua bendita se convierte para nutrir la tierra con su encanto, mientras el gaitero enamorado a tu luz canta.
Eres el sol que se desliza suavemente en la penumbra londinense llenando de calor sublime al humano que en tu luz encuentra el abrigo.
Eres el sol por el cual los tulipanes holandeses florecen con el único sueño de ser por tu luz acariciados.
Eres el amanecer memorable que la cordillera andina espera cada día para ser de tu luz amante apasionada.
Eres el atardecer bienaventurado que la tostada arena caribeña anhela para ser por tu luz besada cual doncella enamorada.
Eres la luz que se descubre en el vuelvo del azulejo, que va guiándo al viajero en busca de la musa dormida que espera por tu luz ser poseída .

jueves, 17 de diciembre de 2015


ME CONFIESO


Me confieso enamorada de la ternura de tu mirada
Me confieso enamorada, del mar abrazador de tu sonrisa
Me confieso enamorada de cada pensamiento clandestino
que esta alma descarriada te dedica a cada paso del camino
Me confieso enamorada de cada suspiro que evocas
cuando al cerrar los ojos te recuerdo, cual sonido de campanas
y en fin me confieso enamorada del fuego que me abraza
al tenerte como musa que me embriaga y que me inspira
a tomar la pluma del sueño de que me apasiona y había perdido.

jueves, 12 de julio de 2012

ALELÍ ( cuento )



Alelí
Había una vez en un pueblo, pequeño en algún rincón de la América Grande, una familia muy humilde y gentil, que tenia inmensas tierras.
Estas tierras eran verdes y fértiles, benditas por la mamo de Dios y los dueños con sus manos las abonaban, preparaban y sembraban estas tierras, porque para ellos estas tierras y su hijo Keini eran las mayores riquezas que ellos poseían.
Keini era un joven alto, de piel blanca aunque un poco reseca y rojiza por el sol que recibía en su labor de cultivar la tierra, sus hombros eran anchos, tenia brazos fuertes y manos largar. ¡Hay¡ los ojos de Keini eran una mezcla del agua del mar y las tierras de los valles del Paraguay.
Cerca de la casa de Keini vivía una familia que también tenían muchas tierras, pero jamás los dueños portaban por aquellas tierras, bueno no desde que Keini tenia uso de razón, cosa que al joven le molestaba, pues el no lograba entender como algunas personas podían tener abandonadas estas tierras tan verdes y con un olor siempre a primavera que enamoraban a cualquier humano.
Pero un buen día, cuando el sol era de luz tenue y hacia que aquellas tierras parecieran de sueño, Keini vio a una joven hermosa de piel morena como árbol de canela dulce, de cabellos castaños, labios carnosos y rosados como rosa en botón, aquella hermosura caminaba entre la siembra. Keini se quedo encantado con la sutil imagen que veía, la joven lo observo a lo lejos y empezó a caminar hacia el, cuando Keini se dio cuenta la joven estaba frente a el y con voz muy dulce como la caricia del viento de dijo:
-          Hola, ¿Como estas?, ¿Quien eres?
Y el respondió:
-          Hola soy Keini, disculpa ¿Pero quien eres tu?
Y ella le dijo:
-          Mi nombre es Alelí
Alelí, que nombre tan extraño comento Keini
-          Si algo extraño, pero me gusta mi nombre y el tuyo es un nombre que esta lleno de nobleza dijo la joven
Alelí no se había equivocado, pues Keini era un hombre que los sentimientos más nobles que podía existir
Keini le pregunto:
-          ¿De donde vienes tú?
Alelí le respondió:
-          Yo soy la hija de los dueños de las tierras vecinas a estas
El joven no podía creer que aquella hermosa y dulce joven, podía ser la hija de aquellas personas que jamás habían mostrado ni un poco de amor e interés por aquellas tierras que el tanto amaba.
De repente una voz fuerte interrumpió a los jóvenes, la voz gritaba a lo lejos fuertemente
-          Alelí, Alelí, ¿donde te encuentras?
Keini observo a un señor gordo que llamaba a la joven
Alelí dijo:
-          Me voy es mi padre quien me llama, adiós
Y Keini le dijo:
-          Adiós
Cuando se había alejado un poco
Keini le pregunto:
-          Alelí, te puedo ver mañana aquí
Y Alelí le dijo:
-          Si mañana estaré aquí
Y así fueron pasando el tiempo y los jóvenes se veían todos días en el mismo lugar y entre las pláticas de los encuentros fue naciendo en ellos un dulce y gran amor, pero Keini ignoraba que Alelí tenía una extraña enfermedad y que en pocos días ella podría morir.
Fue así como como un buen día mientras Keini y Alelí se encontraba corriendo por aquellas hermosas tierras, Alelí cayo al suelo, Keini corrió así donde Alelí estaba, se arrodillo para alzarla y ella le dijo
-          Abrázame fuerte siento que mi alma quiere abandonar mi cuerpo
Keini con sus ojos llenos de lágrimas le dijo:
-          Tu alma no se va alejar de tu cuerpo, porque tu no me puedes abandonar, tu no me puedes dejar solo, te adueñaste de mi vida ahora no me puedes dejar
Y Alelí le dijo:
-          Si debo partir a un lugar lleno de luz, con hermosos bosques y ríos, allí sentiré que todavía estoy en etas tierras cerca de ti, y recuerda nunca te voy abandonar pues mi alma siempre estará cerca de ti cuidándote amor, pues mi corazón siempre estará enamorado de ti.
Keini la abrazo más fuerte y sus lágrimas corrían en su rostro angustiado
Y Alelí le dijo:
-          No llores amor, porque adonde voy, estaré bien
Y del rostro de Alelí brotaban lágrimas  que caían al suelo y la tierra las acogía, y allí donde cayeron las lágrimas de la joven broto una planta y antes que la joven diera su último suspiro la planta era un pequeño arbusto, en el cual luego bajo su sombra sepultaron el cuerpo de Alelí.
Keini lloro y se encerró por algún tiempo, pero un día decidió que era hora de volver a trabajar la tierra para ver si de esta manera podía calmar el dolor que sentía por la perdida de Alelí, y ese día sin darse cuenta el joven llego al lugar donde estaba sepultado el cuerpo de su amada, al lugar en el que había muerto Alelí.
El joven observo que el árbol que había aparecido aquel trágico día para el ya era un árbol, un poco mas fuerte, con ramas de tallos largos y hojas menudas, con un perfume extraño que era nuevo para el. Keini se acerco al árbol, lo toco se sentó debajo de el, y vinieron a el los recuerdos de Alelí.
El alma del joven se lleno de dolor, de nostalgia, lloraba silenciosamente y de repente grito:
-          ¿Por qué te fuiste Alelí? , ¿Por qué me abandonaste?, me siento tan solo y vacio sin ti
Y mientras Keini seguía llorando, se escucho una voz que provenía del árbol, que le dijo:
-          Yo no te abandone, aunque tu no me puedas ver, yo siempre estoy a tu lado, el verdadero amor no muere solo se transforma, mi alma esta a tu lado cuando el viento acaricia tu piel.
En ese momento una flor cayo del árbol sobre el rostro lloroso del joven y del árbol se volvió escuchar la voz que dijo:
-          Cuando quieras sentirme mas cerca ven a la sombra de este árbol, así sentirás mi perfume y cuando una flor toque tu piel como hoy seré yo quien con ella te acaricia dulcemente.
Desde ese momento el joven siempre que sentía solo iba a la sombra del árbol esperando ser acariciado por una de sus flores por uno de sus capullos. Cuando el árbol empezó a dar hijos Keini los obsequiaba diciéndoles que esa planta se llamaba Alelí y que cuando una flor de el lo tocaba a uno era porque en la distancia te acariciaba y cuando sintiera el perfume era porque el alma de una persona lo extrañaba y pensaba con mucho amor.
Es por ello que la planta de Alelí representa el amor que rompe las barreras de la distancia, ese amor que solamente dos almas gemelas pueden sentir.
Marcle